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El inicio de un nuevo año siempre trae consigo ajustes económicos que afectan el bolsillo de los mexicanos, y este 2025 no será la excepción. Uno de los cambios más esperados es el incremento en el precio de la gasolina y el diésel, un tema que no solo influye en el costo
de movilidad, sino también en la economía general del país.

Con un ajuste del 4.5% en el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), según datos del Instituto Mexicano de Contadores Públicos (IMCP), la gasolina Magna subirá 28 centavos por litro, alcanzando los 6.4 pesos por litro; la Premium subirá 23 centavos, situándose en 5.4 pesos por litro; y el diésel también aumentará 28 centavos, llegando a los 7 pesos por litro. Aunque estas cifras pueden parecer menores, su impacto
acumulativo puede ser significativo para los consumidores y las empresas.

Estos incrementos son consecuencia de una actualización anual basada en la inflación, como establece la Ley del IEPS. Desde su implementación en 1980, este impuesto ha sido una herramienta fundamental para la recaudación de ingresos gubernamentales y la regulación de sectores específicos. Sin embargo, también es un recordatorio constante de cómo las decisiones políticas y económicas pueden moldear la realidad diaria de millones de mexicanos.

Lo que esto significa para las estaciones de servicio

En este contexto, las estaciones de servicio enfrentarán el desafío de equilibrar el aumento de costos con las expectativas de los consumidores. Más allá del ajuste en precios, la experiencia del cliente y la eficiencia operativa se convertirán en factores clave para mantener la competitividad. Las estaciones que logren ofrecer valor agregado, ya sea a través de programas de lealtad, servicios complementarios o tecnología avanzada en sus operaciones, estarán mejor posicionadas para enfrentar este panorama.

La oportunidad en medio del reto

Este ajuste también subraya la necesidad de innovación y diversificación en el sector. Con tendencias globales como la transición hacia combustibles más limpios y la adopción de tecnologías disruptivas, el aumento en el precio de la gasolina podría ser un catalizador para acelerar la modernización de las estaciones de servicio en México.
Para quienes están en el sector, este no es solo un momento para reaccionar, sino para liderar. La implementación de sistemas que optimicen el suministro, la integración de servicios digitales y la búsqueda de modelos de negocio innovadores son pasos esenciales hacia un futuro más sustentable y rentable.

Este ajuste también subraya la necesidad de innovación y diversificación en el sector. Con tendencias globales como la transición hacia combustibles más limpios y la adopción de tecnologías disruptivas, el aumento en el precio de la gasolina podría ser un catalizador para acelerar la modernización de las estaciones de servicio en México.
Para quienes están en el sector, este no es solo un momento para reaccionar, sino para liderar. La implementación de sistemas que optimicen el suministro, la integración de servicios digitales y la búsqueda de modelos de negocio innovadores son pasos esenciales hacia un futuro más sustentable y rentable.

¿Hacia dónde vamos?

El incremento en el precio de los combustibles es una pieza de un rompecabezas más amplio que incluye inflación, políticas fiscales y tendencias de consumo. Sin embargo, también es una oportunidad para repensar nuestra relación con la energía, las estaciones de servicio y el impacto que estas tienen en la economía y en nuestra vida cotidiana.
En 2025, el verdadero desafío será encontrar el equilibrio entre adaptarse a estos cambios y aprovecharlos como una plataforma para el crecimiento y la evolución del sector gasolinero.

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